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    Prospectiva del desarrollo inmobiliario: tecnología aplicada

    En esta serie de colaboraciones acerca del futuro, me gustaría ahondar en esta ocasión, en un aspecto que comenzará -si no es que ya ha comenzado- a tomar una relevancia fundamental en nuestras vidas. Y cuando digo que tal vez ya haya comenzado, me refiero a circunstancias que ya nos son familiares, pero en las cuales poco reparamos todavía: todos los días nos sumergimos en el mundo virtual, a través de la navegación por internet. Navegamos también por las redes sociales en busca de novedades, amigos, conocidos o incluso, para establecer relaciones de negocio. La vida se ha volcado al mundo conectado, y hoy es casi imposible mantenerse alejado de esta conexión virtual. Los dispositivos móviles nos han facilitado el acceso y nos acompañan de manera casi permanente, exigiendo en todo momento nuestra atención, para toda clase de notificaciones.
    Seguramente en más de una ocasión nos hemos preguntado de qué viven empresas como Google, Facebook, Twitter (sólo por mencionar las clásicas). La respuesta a priori parece sencilla: de los anuncios; pero en realidad, su interés va más allá. usan nuestros hábitos de navegación, nuestros gustos, búsquedas y todos los “rastros” que dejamos en nuestros dispositivos, con el objeto de proporcionarnos información más acorde a nuestros intereses. Por ejemplo, Amazon, a través de su aplicación de lectura y dispositivos Kindle, utiliza algoritmos que le informan sobre nuestros gustos de lectura; más aún, sabe a qué velocidad leemos y en qué páginas nos entretenemos por más tiempo; esto le dice al algoritmo mucho más acerca de nuestros gustos de lo que nosotros mismos pudiéramos suponer. El algoritmo interpreta esa información, recaba datos y envía a nuestro correo ofertas de libros basadas en ellos. Acto seguido, otros proveedores interconectados con Amazon comienzan a enviarnos también información que asumen, nos será relevante y complementaria para nuestros hábitos y gustos.
    Sírvanos el ejemplo anterior para mostrar cómo la tecnología comienza a conocernos mejor de lo que incluso nosotros mismos nos conocemos. No es necesario llenar encuestas o formularios acerca de gustos o hábitos; cuando aceptamos los términos y condiciones del servicio (mismos que nadie lee), estamos aceptando que nuestra información sea usada con estos fines y otros, como por ejemplo, el uso de nuestras fotos para propósitos promocionales de sus productos y servicios -usos que posiblemente no estemos dispuestos a aceptar, si leyésemos las cláusulas a través de las cuales estamos aceptando ceder nuestros derechos de autor al sitio al que nos hemos suscrito.

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    Hacia finales de 2016 por primera vez los dispositivos móviles superaron a las computadoras en el acceso a internet, claramente esta tendencia continuará creciendo, por esta razón los canales de difusión de contenidos se están enfocando a los dispositivos móviles.

    ¿Recuerda el experimento llevado a cabo en Alemania, a través del cual colocaron una carpa en la que se encontraba y anunciaba a la mejor adivinadora del mundo? Ella podría darle a los concurrentes, datos sobre su vida sin necesidad de proporcionarle más información que su  nombre, con el cual, la “adivinadora” podía darle “santo y seña” de su vida, alegrías y tristezas, gustos, nombres de amigos, mascota y un larguísimo etcétera. El experimento consistía en que otra persona escondida, una vez que veía al sujeto en cuestión y escuchaba su nombre, rápidamente investigaba su vida en las redes sociales, comunicándole a la adivinadora todo lo que encontraba. Ninguno de los que pasaron por ahí, después del enorme asombro producido por tal cantidad y precisión de información, pudo ser capaz de suponer que la respuesta había salido de ellos mismos.blank
    Actualmente existe la idea de que el Big Data es una herramienta del futuro; y lo es, porque aun cuando es una herramienta del presente, todavía no vislumbramos su potencial de uso a futuro; el qué información extraer y cómo usarla, es todavía un desafío. David Green, Director Global de People Analytics Solution en IBM, Kenexea Smarter Workforce, señala que el uso de la información requiere de análisis y estrategia; primero debemos saber qué queremos conseguir con la información y para qué, planteándonos objetivos claros y posibles. Albert Einstein decía que lo importante del conocimiento radica en hacer la pregunta correcta –el reto más difícil a lograr-, hecha ésta, las respuestas son fáciles.
    Pero, ¿qué tiene que ver todo este preámbulo con el desarrollo inmobiliario? Antes de llegar a este punto, permítanme pasar por otro previo: las aplicaciones. Con el advenimiento de los teléfonos inteligentes hace diez años, se abrió la puerta a las apps, como se les conoce coloquialmente. Éstas han tenido un crecimiento vertiginoso; en 2011 a poco más de cuatro años de la aparición del primer iPhone, ya había 3,800 aplicaciones en el app store  de Apple, y seis años más tarde ya rondan las 400,000.
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    Los segmentos de población claramente posiciona a los Millenials en la cúspide del mercado objetivo. Los boomers y la generación X claramente están envejeciendo. Hoy por hoy el rey del mercado es el Millenial.

    Las redes sociales parecen haberse estabilizado en su crecimiento, ocupan el lugar 17 de 18, en la lista de descargas; el clima ocupa el primero, y estilo de vida el tercero, siendo éste el punto de conexión con el desarrollo inmobiliario. A través de la información se puede conocer mejor cuáles son los elementos de los desarrollos inmobiliarios que mayormente “enganchan” a los clientes potenciales.
    Tras algunos meses de investigación encontré resultados interesantes:
    Hablemos de las oficinas co-habitadas en comunidades complementarias llamadas coworking, las cuales fomentan una relación simbiótica entre sus habitantes; a través de People Analytics se comienzan a diseñar los espacios de trabajo con base en información estratégica. Con dispositivos útiles o wearables es posible analizar patrones de comportamiento; sensores en sillas y muebles nos hablan de los hábitos de las personas, sus lugares preferidos (donde pasan más tiempo), con quiénes se relacionan, etc. Asimismo, podríamos dar a estos usuarios una app móvil, a través de la cual puedan ordenar comida, el lavado de su auto, el aseo de su departamento, encender su cafetera, abastecer su alacena, encargar la tintorería… e imagine cómo usar la información proporcionada. Pasamos del diseño basado en las evidencias, al diseño basado en el comportamiento (aunque éste también una evidencia).
    Hay estudios que afirman que los Millenials están preocupados por jugar un papel trascendental en sus vidas, haciendo tareas significativas para el mundo, pero no necesariamente en un escritorio, pues los lugares fijos de trabajo parecen ser un obstáculo para la innovación y la creatividad. Es un hecho que el mercado laboral valora más que nunca las ideas innovadoras por encima de la fuerza de trabajo, y esto transforma los edificios significativamente. Esta movilidad de los Millenials nos lleva a pensar en el transporte colectivo. Con una app se puede saber de dónde llegan y a dónde van los usuarios, de este modo es posible ofrecer un sistema de transporte compartido, con las rutas de mayor afluencia hacia puntos específicos de la ciudad. El transporte colectivo les permite viajar conectados a sus dispositivos mediante wifi, pueden aprovechar el tiempo durante el trayecto en tareas productivas, sin estresarse por conducir en el tráfico. Este transporte alternativo, cómodo, seguro, práctico y de costo medio, tendría gran impacto, y además ayudaría a combatir el cambio climático mediante la reducción de emisiones CO2.blank
    Asimismo, uno de los elementos que generan mayor compromiso de la gente con las empresas y lugares de trabajo, son los relacionados con la comida; de acuerdo a un estudio de retención de talento conducido por Michael Dawisha, Jefe de Información de la Universidad Estatal de Michigan, encontró que la alimentación está relacionada con el apego; las personas se vinculan fuertemente con los lugares que les proporcionan alimentos balanceados acorde con su estilo de vida y hábitos culturales; en otras palabras, que entienden sus necesidades, los comprenden y establecen un vínculo que otorga significado a sus vidas. Imaginemos entonces proyectos de oficinas que incluyan espacios comunes que den sentido a los usuarios; imaginemos que les proporcionamos un comedor con un chef que prepare platillos de acuerdo a sus gustos y necesidades; estos gustos son obtenidos de la base de datos del People Analytics que se alimenta de la aplicación que ordena la comida todos los días. Otra solución de costo relativamente bajo y de alto impacto en los usuarios que genera vínculos afectivos.
    Hablemos ahora de las mascotas. Para algunos Millenials, éstas son objeto de su afecto, llevando muy en serio la antromorfización de sus mascotas más allá de la simple manutención y procuración de hábitat limpio; gastan una importante parte de sus ingresos en alimentos de mejor calidad, ropa de ocasión, juguetes, bocadillos y un sinfín de artículos que garantizan su bienestar. Las mascotas  replantean el hogar de los Millenials, siempre en constante transición; estos individuos prefieren lugares que permitan mascotas y doten de amenidades específicas para éstas: parques o jardines, espacios para que coma y duerma, etc. Imaginemos entonces, que dentro de un desarrollo habitacional o inclusive de usos mixtos, a través del conocimiento que nos proporcionan los datos que recolectamos, se diseñan lugares donde las personas puedan dejar a sus “hijos no humanos”, como si de niños se tratase, en guarderías y hoteles ad hoc donde puedan estar durante las horas que deben salir a trabajar, en el caso de los departamentos o mientras trabajan, para las oficinas; allí las mascotas pueden jugar, convivir, descansar y liberarse del estrés provocado por la ausencia de sus “padres”. Los lugares se reservan por medio de una aplicación donde se indican los gustos tanto del dueño como de la mascota, esta aplicación recaba los datos y permite ofrecer todo aquello que es del gusto de usuarios y mascotas. El resultado, la creación de un vínculo significativo por la preocupación que se demuestra hacia sus intereses afectivos más fundamentales.blank
    Con estos ejemplos prácticos, resultado de investigación y trabajo, podemos ofrecer soluciones que conectan con nuestros clientes, son ideas que nos alejan de la competencia, y establecen lazos emocionales y afectivos que vuelven a nuestros clientes fieles seguidores de nuestro producto.
    En colaboraciones pasadas, hablamos de la importancia de dar énfasis a por qué hacemos los que hacemos, por encima de qué es lo que hacemos y cómo lo hacemos. Este trabalenguas tiene una importancia fundamental en la relación emocional, le recomiendo su lectura nuevamente.
    En VFO, nos hemos preocupado por agregar valor a nuestros proyectos, más allá de la eficiencia de las áreas, más allá de la solución técnica, o incluso de la solución estética. Creemos firmemente que el diseño debe conectar con las personas y usuarios que habitan nuestros proyectos, y que éstos deben generar ganancias por encima de las expectativas a través de la velocidad de absorción, como resultante de un proyecto que se diseña basado en la comprensión del mercado objetivo y las necesidades de los clientes. Para ello, nos apoyamos con firmas expertas en la inteligencia de mercado y formamos equipos de trabajo sólidos y productivos con nuestros clientes, con los que establecemos relaciones duraderas, alejando cada día más sus desarrollos de la competencia, y moviéndolos al “mar azul” del que hablan W. Chan Kim y Renée Mauborgne.
    El futuro no es un lugar al que hemos de llegar; es el lugar que construimos desde ahora y al que llegaremos según lo hayamos formado. Podemos esperar que las cosas pasen y adaptarnos, o hacer que las cosas pasen como las queremos y porque así lo hemos determinado.
    **Big data, macrodatos, datos masivos o datos a gran escala es un concepto que hace referencia a conjuntos de datos tan grandes que aplicaciones informática tradicionales del procesamiento de datos no son suficientes para tratar con ellos y a los procedimientos usados para encontrar patrones repetitivos dentro de esos datos. En los textos científicos en español con frecuencia se usa directamente el término en inglés big data, tal como aparece en el ensayo de Viktor Schönberger big data: La revolución de los datos masivos.
    Por Luis Fernández De Ortega
    luis.fdeortega@v-fo.com
    @vfoarquitectos

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